domingo, 12 de agosto de 2012


VIOLENCIA CONTRA 
LAS MUJERES: 
CAUSAS, CONSECUENCIAS
Y PROPUESTAS
En nuestra sociedad existen diferentes tipos de violencia que tienen que ver con distintas
causas. La educación, la forma como está organizada la sociedad y las desigualdades de poder
están en la base de muchas de las formas de violencia que hay en la actualidad. Algunos tipos
de violencia van dirigidos contra un grupo específico de personas (por ejemplo, la violencia
racista o la violencia contra personas homosexuales) y se ejerce desde personas de determinados grupos que desean imponer y mantener su poder sobre quienes la ejercen. 
En el caso de la violencia contra las mujeres, ésta hunde sus raíces en las desigualdades de
poder que existen entre hombres y mujeres en la sociedad, así como en determinadas concepciones de las relaciones entre los sexos, del amor y la sexualidad y de lo que significa
ser hombre y ser mujer. Este problema adquiere diferentes formas a lo largo del mundo y
cada país se sitúa de una u otra manera ante este problema. Bajo algunos regímenes políticos, se han generalizado y se han tratado de legitimar determinadas prácticas de violencia
contra las mujeres (un claro ejemplo es el régimen talibán, en Afganistán) y que han tratado de minar su autonomía, situándolas en una evidente posición de subordinación y vulnerabilidad.
En la actualidad, cada vez más personas se hacen conscientes de las causas de esta
violencia y tratan de solucionar este problema. Pero, al mismo tiempo, se mantienen
prácticas sociales e ideologías que dificultan su superación e incluso perviven mitos
que intentan legitimarla o justificarla. 

Algunas formas de violencia
Podemos hablar de diferentes formas de violencia, que se pueden dar tanto en el
ámbito privado o doméstico como en el público:
- Violencia física: es cualquier acto intencionado que produzca daño físico (lo que implica también daño psicológico) en otra persona, como golpes, bofetadas, empujones o quemaduras.
- Violencia psíquica: consiste en aquellas acciones orientadas a causar daño psicológico
en otras personas, como humillaciones, insultos, gritos, amenazas, críticas constantes,
aislamiento social, control de los recursos de una persona sin su consentimiento.
- Violencia sexual: aquellas acciones que vulneran el cuerpo y la intimidad sexual de otra
persona, al obligarla a soportar o a participar en prácticas sexuales en contra de su voluntad. En algunos casos se imponen estos actos mediante coacción, como en el caso de
la violación o agresión sexual. Pero otras veces esta violencia adquiere una forma más
sutil, como cuando una persona adulta se aprovecha de la inocencia o el desconocimiento de un o una menor para que soporte o para hacerle participar, mediante engaños o
chantajes, en prácticas sexuales que esta o este menor no es capaz de comprender (abuso
sexual). También puede darse en el terreno laboral u otros, cuando uno o varios individuos dirigen una atención sexual, propuestas o comentarios sexuales no deseados a otra
persona, provocando una situación incómoda y humillante y vulnerando el respeto y su
derecho a la intimidad y a la integridad moral (acoso sexual).


Alcance y consecuencias de la violencia
contra las mujeres
En 2004, 109 mujeres y niñas murieron en España a causa de la violencia sexista: 74
a manos de sus parejas o exparejas, 20 a manos de otros familiares y el resto murieron
por agresiones sexuales (6), tráfico de mujeres y prostitución (3) o como víctimas
indirectas (6)
2
.
La violencia contra las mujeres es ejercida en distintos ámbitos: el de la intimidad, el
laboral, el de la cultura, el del ocio... No afecta a todas las mujeres por igual, ya que
algunas la sufren o la han sufrido directamente, mientras que otras la padecen de
manera más indirecta (al haber presenciado o al conocer casos de violencia contra sus
iguales, al limitar sus movimientos por miedo a ser objeto de violencia sexual o de
otro tipo). También este tipo de violencia afecta a los hombres de maneras más o
menos directa, y sus posiciones ante ella varían desde el rechazo más o menos explícito ante este problema social, pasando por la ambivalencia, hasta el comportamiento
agresivo hacia mujeres o niñas.



Causas de la violencia contra las mujeres
La violencia en el terreno amoroso y sexual se da en mayor medida contra mujeres
que contra hombres. También hay mujeres que maltratan a hombres o a otras mujeres,
pero el grado y la frecuencia de estos actos es menor y, aunque sean igualmente intolerables y condenables, casi nunca llegan hasta el asesinato, mientras que cada año
mueren numerosas mujeres a manos de sus parejas, exparejas o a causa de la violencia sexual. Asimismo, hay más hombres que mujeres que cometen actos violentos.
Con esto no queremos decir que sea más o menos grave la violencia que sufren las
mujeres que la que padecen los hombres, sino que la violencia contra las mujeres
tiene causas diferentes y su alcance es mayor debido a la forma como está organizada la sociedad, a la distribución del poder y los recursos y a las concepciones sexistas que se mantienen de manera más o menos explícita y más o menos consciente.
Algunas personas han buscado las causas de este problema en la biología. Aunque en
otras especies distintas a la humana se den más comportamientos agresivos en machos
que en hembras, esto no ocurre en todas, ni es tan corriente que una especie ponga en
peligro a quienes se encargan de dar vida y mantener a sus propios miembros. En la
especie humana, donde el peso de la cultura es tan fuerte, donde hay tantas películas,
videojuegos y juguetes bélicos que presentan la violencia como un medio legítimo para
conseguir los propios fines o para obtener poder o que la relacionan con la virilidad, no
es necesario ir a la biología a buscar las explicaciones clave.
Desde la infancia, se enseñan diferentes habilidades y valores a chicas y a chicos a
través de juguetes, juegos, mensajes y referentes femeninos y masculinos. Si
ceapa Vtomamos como ejemplo los juguetes infantiles, los que están orientados a niñas suelen estar relacionados con el trabajo doméstico y el cuidado de otras personas
(cocinitas, aspiradoras o muñecos) y con el embellecimiento (muñecas con aspecto
de mujer adulta, maquillajes, etc.). Los juguetes que se orientan a niños suelen ser
bélicos (tanques, pistolas, ametralladoras...), muñecos con una actitud agresiva o elementos para el deporte de competición. 
En las películas infantiles los protagonistas suelen ser masculinos y los personajes
femeninos suelen ser menos numerosos y suelen estar relacionados con la belleza, la
maternidad, el afecto, el amor incondicional, la dependencia y la complacencia a
otras personas. Con estos referentes y con estos juegos y juguetes, las niñas aprenden
que ser mujer significa estar bella (según un canon de belleza muy limitado), cuidar
y complacer a otras personas, anteponiendo sus deseos a los propios, y realizar el trabajo doméstico. Asimismo, van aprendiendo a desarrollar habilidades relacionadas
con estos fines, como la capacidad de detectar y atender a sentimientos y necesidades
ajenas, el embellecimiento de espacios y personas y conocimientos relacionados con
las tareas domésticas. Niños y niñas reciben mensajes no siempre explícitos que indican que el papel de las mujeres es (o debe ser) estar al servicio de otros, mientras que
los hombres serán atendidos en sus deseos y necesidades por mujeres.
Al mismo tiempo, los chicos van aprendiendo a inhibir su capacidad de empatía y de
atender a los sentimientos y necesidades ajenas para desarrollar la competitividad y
van interiorizando modelos y valores que identifican la hombría o la masculinidad
con la victoria, la fuerza física, el poder, la autoridad y el uso de la violencia. Este
modelo de masculinidad que se difunde en muchos medios entiende la masculinidad
de una manera rígida y como algo opuesto y superior a lo que se identifica con ser
mujer. De esta manera, quienes se identifican con este modelo aprenden también a
rechazar o a despreciar lo que se entiende por femenino (dulzura, empatía, intimidad,
interés por las relaciones, preocupación por las necesidades y sentimientos ajenos,
demostración de los afectos). Algunas mujeres han interiorizado también modelos
masculinos o los reproducen, en parte por miedo a adoptar posiciones subalternas, en
parte debido a que los hombres y lo que se identifica con ellos se encuentra más valorado en nuestra sociedad

3
o bien porque piensen que así “se hacen respetar”. Este
tipo de actitudes, aunque rompen con el rol tradicional de mujer, no logran superar el
sexismo, sino que se limitan a reproducir un determinado modelo de masculinidad,
sin dar un significado realmente liberador a lo que significa ser mujer y ser hombre. 
Dado que lo femenino se considera subalterno y contrario a la hombría, el sexismo
presiona a los hombres para ocultar su vulnerabilidad, sus afectos y su capacidad para
la ternura y la compasión por considerarse atributos femeninos. El sexismo no sólo
impone unos estereotipos rígidos y una desigualdad en las relaciones que sitúan a la
mujer en una posición subalterna y relegada a los deseos masculinos, también es perjudicial para los niños y los hombres al dificultar el desarrollo de capacidades tan necesarias para la convivencia como la empatía, el diálogo íntimo, la expresión de los
afectos y la actitud cooperativa. Al mismo tiempo, dificulta la autonomía y la seguridad de las mujeres. Aunque cada niña y cada niño van elaborando estos mensajes de
una manera particular y tienen influencia al mismo tiempo de valores y modelos
equitativos (que les transmiten otras personas o determinados libros y películas), los
estereotipos y los mensajes sexistas están ahí y su capacidad de influencia sigue siendo muy fuerte. 
Hace poco tiempo, Amnistía Internacional
4
denunció un videojuego por su alto contenido sexista y violento, ya que la forma de obtener puntos y ganar consistía en robar
coches, perseguir prostitutas y matarlas. Recientemente, se ha publicado un estudio
sobre videojuegos
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que destaca el alto contenido violento, racista y sexista de la mayoría de ellos, donde la mayor parte de los personajes son masculinos (77%), frente a
tan sólo un 16% de videojuegos en los que predomina la figura femenina y un 7% en
los que hay una proporción semejante. No sólo la representación femenina en los
videojuegos es menor, sino que es muy estereotipada y suele desempeñar un papel
secundario y subalterno. La mayor parte de las mujeres representadas tienen un cuerpo similar a las figuras del cómic o incluso del cine porno, y su vestimenta suele ser
escasa, ajustada y destinada a resaltar determinadas partes del cuerpo femenino. En
la mayor parte de los videojuegos en los que hay protagonistas femeninas (que son
una minoría), su comportamiento tiende a ser tan agresivo como el de los protagonistas masculinos, mimetizando un rol masculino también muy estereotipado, pero
sin perder la figura exagerada y seductora con la que se suele representar a las
mujeres. 
El sexismo de los videojuegos y de numerosas películas o de otros productos culturales no sólo se encuentra en la representación que hace de mujeres y hombres, sino
en los valores que predominan, que coinciden con los que se asocian con una determinada forma de entender lo que significa “ser hombre”, asociada a la competición,
el uso de la violencia y el predominio de la victoria frente a la justicia, el poder, el
orgullo, la venganza y el desprecio. Se trata de unos valores acordes con una ideología militarista, contraria a valores tan necesarios para la convivencia como la paz,
la cooperación, el diálogo y la comprensión de puntos de vista ajenos, el respeto a las
diferencias, la justicia y la empatía. Por tanto, los valores que se presentan como los
más valiosos son los que se identifican con un determinado modelo de masculinidad. 
El citado estudio de los videojuegos
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destaca que la mayoría de las personas encuestadas piensa que no le afecta este tipo de representaciones. Sin embargo, estas imá-
genes pueden afectar a la capacidad de autoestima de las chicas y de los chicos, así
como a la idea que tienen de su puesto en el mundo y de lo que se espera de ellas y
ellos. Aunque las personas no sean conscientes de cómo influyen las películas, videojuegos, etc. en su concepción de la realidad, de sus creencias, valores y relaciones,
hay instituciones y organismos que sí lo son. Y estas instituciones no siempre son




La violencia contra la mujer adopta formas diversas, incluidos la violencia en el hogar; las violaciones; la trata de mujeres y niñas; la prostitución forzada; la violencia en situaciones de conflicto armado, como los asesinatos, las violaciones sistemáticas, la esclavitud sexual y el embarazo forzado; los asesinatos por razones de honor; la violencia por causa de la dote; el infanticidio femenino y la selección prenatal del sexo del feto en favor de bebés masculinos; la mutilación genital femenina y otras prácticas y tradiciones perjudiciales.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, demuestra el reconocimiento y la comprensión internacionales de que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra la mujer.
En la Plataforma de Acción adoptada en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, se define la violencia contra la mujer como una de las 12 esferas de especial preocupación que deben ser objeto de particular hincapié por parte de los gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil.
En su 42o período de sesiones, celebrado en 1998, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas propuso nuevas medidas e iniciativas que deberían aplicar los Estados Miembros y la comunidad internacional para poner fin a la violencia contra la mujer, incluida la incorporación de una perspectiva de género en todas las políticas y programas pertinentes. Entre las conclusiones convenidas del período de sesiones figuran medidas destinadas a prestar apoyo a la labor de las organizaciones no gubernamentales, combatir todas las formas de trata de mujeres y niñas, promover y proteger los derechos de los trabajadores migrantes, en particular las mujeres y los niños, y promover las actividades coordinadas de investigación sobre la violencia contra la mujer.


Trata de mujeres
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) calcula que la trata de mujeres y niños, que casi siempre se realiza para la explotación sexual con fines comerciales, genera hasta 8.000 millones de dólares anuales. Las enormes ganancias que obtienen los perpetradores, que cada vez están más vinculados a la delincuencia organizada, han convertido ese delito en una amenaza mundial que se extiende rápidamente.
Las mujeres y niñas pobres figuran entre los principales grupos afectados por los tratantes debido a su marginación y limitados recursos económicos. Algunas participan voluntariamente animadas por promesas de mayores ingresos y la esperanza de dejar atrás la pobreza. Otras lo hace obligadas, y muchas terminan en la prostitución contra su voluntad. Para cambiar esa situación:
  • Filipinas ha lanzado una iniciativa, en cooperación con la sociedad civil y otros gobiernos, que incluye actividades de capacitación de organismos de primera línea sobre cómo combatir la trata de mujeres y niñas y elaborar procedimientos para ello.
  • Como parte de su investigación de la delincuencia organizada, la policía creó una División para Combatir la Trata de Mujeres dentro del Departamento de la Policía.
  • China ha introducido enmiendas en su código penal respecto del secuestro de mujeres y niñas y la prostitución forzada.
  • En las zonas fronterizas, Myanmar ha creado ocho centros profesionales para mujeres y niñas, a fin de evitar la trata de mujeres.
  • Los Países Bajos han designado un relator nacional encargado de describir el panorama general de los datos sobre la trata de mujeres y los métodos para prevenirla.
  • Albania y la Federación de Rusia han iniciado campañas educativas dirigidas a las posibles víctimas.

La violencia contra la mujer


La violencia y el abuso afectan diariamente a mujeres de todo tipo de orígenes. A veces, las mujeres son atacadas por extraños pero más a menudo son lastimadas por personas cercanas a ellas. El abuso y la violencia pueden causar un terrible dolor emocional y físico. Pero, no está sola y puede obtener ayuda.


Obtén ayuda - Si usted ha sido lastimada por un ser querido o por alguien conocido, o ha sido atacada por un extraño, usted no está sola. 
Encontrará una lista de líneas de ayuda e información para ayudarle.